¡Hola viajeros!
Hoy venimos con un post muy veraniego y es que visitar los campos de lavanda durante el mes de julio, es todo un must de la época estival. Los campos de lavanda alcanzan su máximo esplendor sobre mediados del mes de julio y es entonces cuando aconsejamos ir a verlos.

¿Dónde ver campos de lavanda en España?
En Soria podemos visitar los campos de lavanda de San Felices.
En Tiedra, Valladolid.
En Cataluña es posible visitar la finca de Mas Sampera.
En Guadalajara encontramos los de Brihuega, que son los que hemos visitado nosotros ya que quedan a poco más de una hora de Madrid.
Cuándo visitar los Campos de Lavanda de Brihuega
Como os hemos adelantado al inicio del post, la floración de la lavanda ocurre a mediados del mes de julio por lo que es inevitable no coincidir con todo el mundo. Si queréis ir a ver los campos en todo su apogeo, salvo que el clima adelante o retrase la floración, debéis anotar la segunda y tercera semana del mes de julio en el calendario.
El mejor momento del día es al atardecer, pero también va a ser cuando más gente encontremos en los campos. Nosotros no hemos estado en el golpe del día, pero la verdad que tenemos ganas de verlos así también, aunque sabemos que puede hacer bastante calor por esa zona.
Los fines de semana dicen que se llena mucho, nosotros fuimos entre diario y había bastante más gente de la que pensábamos encontrar, pero aparcamos sin problema y encontramos sitio para poder hacer fotos tranquilamente.
Planea la visita con antelación
Si vais con poco tiempo, como nos pasó a nosotros, os recomendamos llevar ya pensados los campos que queréis visitar. En la web de turismo de Brihuega tienen colgada información de los campos de lavanda y viene muy bien para identificarlos y decidir cuáles se quieren visitar.

Qué campos visitar en Brihuega
Definitivamente hay dos que destacan por encima de los demás, el de Brihuega y el de Malacuera son los más grandes. El primero lo encontramos pasando el pueblo de Brihuega por la carretera CM 2005 y para llegar al de Malacuera tenemos que seguir conduciendo unos 8km más después de pasar Brihuega por la GU-925.
Hemos leído que el campo de Brihuega es espectacular al atardecer pero que se llena mucho de gente y como vimos que todos los coches seguían para ese, decidimos probar suerte con el de Malacuera. Al parecer este se llena menos pero como tiene árboles podéis encontrar sombras en las fotos a medida que va cayendo el sol. A favor encontramos que el terreno tiene esas ondulaciones que hace el efecto tan bonito en las fotos.
Al principio nos asustamos un poco al ver tanta gente pero bueno, no todo el mundo se queda mucho más del atardecer y al final pudimos encontrar sitios en los que estar tranquilos haciendo fotos. Y si hay mucha gente se puede intentar trucos como tirarse al suelo e intentar taparlos con las plantas.

Normas a tener en cuenta durante la visita a los campos de lavanda
Desde la Oficina de Turismo de Brihuega piden a los visitantes que sean respetuosos con las plantaciones y es que no todo vale para llevarse la foto, las plantaciones son el medio de vida y trabajo de mucha gente y debemos ser cuidadosos cuando los visitemos.
Las normas que se deben tener en cuenta son:
No arrancar flores de las plantaciones, si queréis un recuerdo se puede comprar en las casetas que hay en los campos.
No tirar restos de basura en los campos.
No hacer daño a las abejas.

No se debe saltar por encima de las plantas para no estropearlas. Hay pasos entre algunas filas de plantas y se puede ir pasando de unos a otros sin necesidad de estropear las flores.
Visitar y comer en Brihuega
Una vez hemos terminado de visitar los campos o antes, si llegamos con tiempo, una buena opción es acercarse hasta el pueblo de Brihuega y ver lo bonito que lo decoran con todo tipo de detalles morados. Nosotros no hemos podido recorrerlo a fondo pero si vimos de pasada varios establecimientos que estaban decorados con telas moradas y había también algunos puestos de madera.
Para cenar elegimos el restaurante Peña Bermeja pero nos desilusionó un poco. El restaurante es una maravilla y tiene una terraza preciosa y grande. Además cuenta con una parrilla en la que asan carnes y pescados y el olor era muy rico, pero no tuvimos buena suerte con lo que pedimos.
Para compartir empezamos con una ensalada de sandía que estaba muy buena y de segundo pedimos una pata de pulpo a la brasa, cuando por fin llegó a la mesa estaba fría y dura. Los tiempos de espera entre que pedimos, sirven el primer y segundo plato eran de 30 minutos, lo cual nos pareció excesivo. Por lo que en nuestra próxima visita buscaremos otra alternativa para comer o cenar.
Sin duda los campos de lavanda son un verdadero espectáculo y nos ha gustado mucho la experiencia, esperamos poder volver el próximo año y conocer otros.

¡Hasta pronto viajeros!
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