¡Hola viajeros!
En este post os contamos qué podéis ver en Suiza en tres días. Parece poco tiempo y no os vamos a engañar, lo es, pero si lo sabéis aprovechar pueden ser suficiente para que os enganchéis a este país de naturaleza exuberante. ¿Estáis preparados para caer rendidos ante Suiza? Pues seguid leyendo…
Qué ver en Suiza en 3 días
En nuestra ruta de 3 días vimos bastantes lugares ¿La clave? Madrugar, pero madrugar mucho, es decir a las 6 menos cuarto ya estábamos listos para empezar el día. Os vamos a ir contando los lugares que vimos por días, para que os hagáis una idea de lo que se tarda en coche y del tiempo que os puede llevar ver cada lugar.
Día 1. Llegada a Ginebra y traslado hasta Vevey
Nada más aterrizar y recoger el coche de alquiler (en el lado francés) nos fuimos para la ciudad donde teníamos nuestro alojamiento. Vevey nos pareció idílica por encontrarse junto al Lago Léman y estar rodeada de viñedos, por lo menos en verano está genial. Por las tardes la gente se reúne con los amigos a orillas del lago para tomarse unas copas o cenar, incluso los más atrevidos también aprovechan para darse un baño.
Durante nuestro recorrido pudimos contemplar la estatua del tenedor, que como veis en la foto de abajo es un tenedor «clavado» en el agua, nos resultó curioso. Siguiendo por el mismo paseo, llegamos a la estatua de Charles Chaplin, la encontraremos en tierra no en medio del agua. En esta ciudad también está su museo, al cual no nos dio tiempo de entrar, por lo que no os podemos decir si vale la pena o no.

Desde luego pasear por el lago y ver el atardecer nos encantó y de paso también pudimos contemplar los caballitos de mar situados muy cerca de la plaza del mercado. Desde allí hay una bonita foto del lago y el atardecer. Si os apetece y tenéis tiempo, podéis dar un paseo en barco por el lago interior más grande de Europa, el paisaje es de cuento.
Después de callejear un rato por Vevey, fuimos al mercado y nos compramos la cena. Como el apartamento tenía cocina, nos vino fenomenal para poder hacer los desayunos y las cenas en la habitación y ahorrar un poco, porque Suiza en comparación con España es muy cara.
Día 2. Viaje hasta Lauterbrunnen, visita del Lago Oeschinensee, Gruyéres y vuelta a Vevey
El primer día sonaba el despertador a las 6 menos cuarto de la mañana y ya se colaba la luz del sol por la ventana de la habitación. Esta es una de las razones por las cuales pensamos que es una buena idea viajar a Suiza en verano, por la cantidad de horas de luz que hay y al ser una escapada tan exprés hacen falta.
Lauterbrunnen se encuentra a dos horas en coche de Vevey, como salimos tan pronto llegamos de los primeros a nuestra primera visita del día, Trummelbach, considerados como los mayores saltos de agua subterráneos de Europa.

Cuentan con parking propio y a primera hora había bastante hueco, luego se puede complicar porque la gente que llega al pueblo de Lauterbrunnen y no encuentra sitio, termina aparcando aquí. Por cierto el parking es gratuito, sin embargo en el pueblo hay que pagar por estacionar. Como la gente se lo sabe, han puesto que está prohibido y que el parking es solo para la gente que va a visitar los saltos, pero termina aparcando todo el mundo.
La entrada a Trumelbach cuesta 13€ por persona y se puede pagar tanto con tarjeta de crédito como en efectivo (precio de verano de 2020).
A nosotros nos encantó descubrir estas cascadas y disfrutamos mucho de la visita. Os recomendamos llegar pronto para poder verlas solos, sin gente hablando y disfrutar más todavía de la experiencia de escuchar caer con fuerza el agua.
Terminada la visita paramos a tomar algo en la cafetería que había en la entrada de las cascadas, casi nos costó más el desayuno que la visita, pero bueno tomarse un café con vistas al Glaciar Jungfrau y al valle, no tiene precio (bueno sí lo tiene 13€) pero tanto los cafés como el croissant estaban muy buenos.
Luego hicimos una pequeña caminata desde las cascadas hasta el pueblo, tardamos media hora andando pero el sendero es ideal. Fuimos recorriendo el valle, admirando el verde y las cascadas que emanan de las paredes de las montañas, y todo adornado con casitas de madera con ventanas abarrotadas de flores de colores.
Entramos en el pueblo y dimos una pequeña vuelta, fuimos también buscando «la foto» esa que habíamos visto en Instagram mil quinientas veces. Se trata de la foto en la que se ve la iglesia y la cascada Staubbachfall de fondo, al final dimos con ella (la tenemos colgada en nuestro perfil de Instagram). El camino sale justo delante de la iglesia y hay que alejarse unos metros para poder tener una mejor perspectiva del paisaje. Si además os hace un buen día, el resultado os encantará.
Otra de las actividades que podéis hacer es acercaros hasta la cascada Staubbachfall, nosotros no pudimos hacerlo porque se nos estaba haciendo tarde y no queríamos tener que renunciar al lago Oeschinensee.
Leímos que hay muchas rutas para recorrer, se puede subir a los glaciares y también podéis tiraros en parapente desde lo alto del valle. Hay actividades para todos los gustos, todo dependerá del tiempo del que dispongáis y de lo que más os guste hacer.
Lago Oeschinensee
Otro de los lugares al que no queríamos renunciar en esta escapada por Suiza, era este lago de nombre complicado. Se trata de un lago completamente azul al que se accede desde Kandersteg.
Para llegar al lago podéis subir caminando, pero ya os advertimos que hay una buena cuesta, aunque no es imposible. La segunda opción es pagar 30€ y subir en teleférico, se tarda 3 minutos, frente a la hora y media que probablemente os llevará subir andando desde el pueblo.
El teleférico no os va a dejar justo al lado del lago sino que tendréis que andar como unos veinte minutos más. Hay dos caminos para llegar al lago, o bien vais por el camino de arriba y podréis ver el lago en altura (creemos que se aprecia más el color azul) o bien vais por el camino que va por abajo y os encontrareis a la misma altura del lago. Desde luego que si solamente tenéis la idea de ir a bañaros os recomendamos ir por abajo ya que es mas rápido y no tendréis que bajar hasta el lago. Pero desde arriba hay unas vistas increíbles, como las que se aprecian en la foto de abajo.

Nosotros dimos una vuelta por arriba y luego bajamos y estuvimos descansando un rato en la orilla del lago. Hacía un día muy bueno y la gente se había animado incluso a bañarse en el lago. Hay algún bar en el lago, por lo que si os hace falta comprar agua o comida, podríais hacerlo aquí. Nosotros quizás ha sido el viaje que menos hemos gastado en agua, ya que la cogíamos de los ríos y os prometemos que el agua estaba buenísima, casi como el agua de Madrid jaja.
Antes de bajar en teleférico, decidimos probar los toboganes alpinos que son tan típicos en Suiza. Nos lo pasamos como enanos y lo recomendamos un montón, no es que sean baratos pero por lo menos una vez hay que subir en uno. El precio era más económico por la mañana que por la tarde, esta actividad únicamente está abierta en los meses de verano (mayo a octubre).
Gruyéres
Después de bajar al pueblo con el teleférico, pusimos rumbo a la que sería nuestra última parada del día, Gruyéres. Este pueblo se encuentra a media hora de Vevey, y no quisimos perdernos este lugar tan pintoresco que parece sacado de una peli de Disney.

La parte medieval del pueblo es una completa maravilla, aunque sea chiquitito merece la pena pasar un par de horas disfrutando del pueblo. Os recomendamos visitar la fuente vieja que es justo el lugar que os mostramos en la foto de arriba y el castillo. Nosotros llegamos bastante tarde y no conseguimos entrar, pero os aseguramos que tenía muy buena pinta.
En este pueblo también había muchos restaurantes en los que sentarse a tomar una fondue, para el que le guste. Por cierto si vais en coche, tenéis varios parkings distribuidos en los alrededores del pueblo, por lo menos había 3 sectores.
Cuando terminamos de recorrer las calles de Gruyéres estábamos tan cansados que solamente nos quedaban fuerzas para irnos al apartamento a dormir.
Día 3. Lago Léman, Lavaux y Ginebra
El último día madrugamos mucho y antes de desayunar salimos para el Castillo de Chillon, llegamos sobre las 7 de la mañana y obviamente estaba cerrado. No obstante aprovechamos para hacer fotos desde el exterior y disfrutar de un entorno mágico en completa soledad.

Desde Vevey al castillo se tardan aproximadamente unos 20 minutos en llegar con el coche, hay sitios para aparcar en la puerta y son gratuitos, pero si vais en hora punta lo mismo cuesta un poco pillar uno. El castillo se encuentra pasado Montreux, a las afueras de Villeneuve (2km).
Si no queréis ir con el coche también podéis ir en tren o en barco, el primero tiene la parada en Montreux y luego tendríais que coger el bus de la Línea 201 que cubre el trayecto de Vevey a Villaneveu. Durante la temporada alta es posible llegar al castillo en barco desde Lausana, Vevey o Montreux.
El castillo se puede visitar y tiene varios horarios, dependerá del mes en el que vayáis. En verano los horarios son más amplios, porque en invierno cierran a las 5 de la tarde. La entrada tiene un coste de 13,50€ para adultos, 7€ para niños y 35€ para familias, os dejamos enlace a la web del castillo por si queréis adquirirlas online.
Después de ver el castillo paramos en Montreux y dimos una pequeña vuelta para conocer el mercado y visitar la estatua de Freddie Mercury. Aquella mañana de verano estaba muy animado y había música y todo, lo cual sorprende porque no dejaba de ser un domingo a las 9.
Nosotros metimos el coche directamente en el Parking del Mercado ya que no vimos dónde aparcar, bueno para ser Suiza, tampoco fue un despropósito se puede pagar sin tener que hipotecarse. Cuando terminamos de dar la vuelta, regresamos al hotel para desayunar y hacer el check-out.
Tras dejar Vevey, nos fuimos a conocer los preciosos viñedos de Lavaux, fuimos parando en varios puntos entre Vevey y Lausana, pero sin tener nada apuntado fue todo a la aventura. Si veíamos un sitio que tenía buena foto, parábamos, todo improvisado y sobre la marcha.

La zona de Lavaux está espectacular en los meses de julio y agosto, por lo que si tenéis en mente viajar en esta época, de verdad que tenéis que incluir una parada en este lugar.
Después de Lavaux haríamos la última parada del viaje, pasar unas horas en Ginebra para conocer la ciudad. La verdad que como no es una ciudad muy grande, pudimos hacernos una idea bastante clara de cómo es y lo que vimos nos gustó.
Como íbamos con el coche optamos por meterlo directamente en un parking. De hecho elegimos el que está junto al jardín inglés para estar en el centro y no perder mucho tiempo en llegar al aeropuerto desde la ciudad.
Os recomendamos pasear por el jardín Inglés, ver el jet d´eau (el chorro), el famoso reloj hecho de flores (también en el jardín inglés), la Catedral (entrada gratuita) y si os da tiempo podéis ir a ver la iglesia ortodoxa rusa que está muy bonita. En general es una ciudad para pasear de forma tranquila y disfrutar de ella de forma pausada, es una ciudad poco estresante que permite darse el lujo de poder recorrerla sin agobios.

Aquí dejamos esta ruta por Suiza que como podéis ver fue corta pero más aprovechada imposible, nos dio tiempo para conocer algunos puntos del país y saber que queremos volver a ver mucho más. Abajo os dejamos entradas relacionadas, pero ya os mencionamos que tenemos escrita una entrada con los preparativos para viajar a Suiza. Y os recordamos que en nuestra cuenta de Instagram vamos subiendo muchas más fotos y vídeos de nuestros viajes y escapadas, por si queréis pasaros.
¡Hasta pronto viajeros!
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