¡Hola viajeros!
En todo viaje suele haber un lugar que termina entrando en el itinerario por casualidad y al final te alegras mucho de haber ido a conocerlo. En nuestra ruta de 4 días por Midi-Pyrénée metimos con calzador Collonges-La-Rouge, el pueblo rojo de Francia y quedamos encantados.
Collonges se encuentra en el departamento de Corréze en la región de Lemosín, por lo que no se encuentra exactamente en Midi-Pyrénée y tendremos que conducir durante cuarenta minutos desde Paridac o veinte desde Carennac para llegar hasta esta pequeña comuna francesa perteneciente al cantón de Meyssac.

Cómo llegar a Collonges-la-Rouge
La mejor opción es ir en coche porque como hemos indicado arriba, al no estar cerca de ninguna ciudad grande no tenemos muy claro cómo llegar en transporte público. El pueblo cuenta con varios parkings en los que poder estacionar, dos de ellos se encuentran en cada extremo del pueblo y por supuesto son todos de pago.
Aparcar en Collonges tiene un coste de 4€ y desde las 19 horas ya es gratuito, no obstante muchas tiendas ya estarán cerradas a esas horas. Nosotros llegamos a las 19.30 y la verdad que nos encontramos un pueblo muy tranquilo, y aunque muchas tiendas ya habían echado el cierre, casi que agradecimos tener el pueblo para nosotros solos.
Qué ver en Collonges-la-Rouge
Collonges es un pueblo muy pequeño, realmente lo que llama la atención es el hecho de que todas las casas sean rojas, al haber sido construidas con piedra de rodeno y de contar con nada más y nada menos que con 25 torres.
Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, cartel que puedes leer a la entrada del mismo y que dice «Les Plus Beaux Villages de France» y realmente lo es. En este pueblo más que ir con una lista de sitios para ver en la mano, lo mejor es perderse por sus callecitas y dar una vuelta tranquilamente haciendo fotos.

Os aconsejamos recorrer la Rue de la Barriere, pasar por La Halle, la Iglesia de Saint-Pierre y la Capilla de los Penitentes. Aunque insistimos que lo verdaderamente bonito es pasear por las calles y sorprenderse con los rincones tan pintorescos que tiene este pequeño pueblo rojo francés. El pueblo también cuenta con varias tiendas de souvenirs y restaurantes para entrar a comer o tomar algo.
Tras nuestra visita decidimos continuar con nuestro itinerario y seguir hasta el último punto del día y lugar en el que pasaríamos nuestra penúltima noche, Sarlat-La-Caneda pero eso os lo contamos mejor en otro post.
Dejamos este post aquí y os recordamos que justo abajo tenemos entradas relacionadas y también os invitamos a ver nuestro perfil de Instagram, allí vamos colgando nuestras fotos y vídeos de los lugares que vamos visitando y contamos algunos consejos para hacer fotografías. Si tenéis cualquier duda escribidnos un privado en nuestra cuenta de Instagram, allí lo vemos seguro.
¡Hasta pronto viajeros!
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