Qué ver en Calatañazor y alrededores.

¡Hola viajeros!

Hoy os proponemos salir a recorrer y disfrutar de la increíble provincia de Soria, como ellos mismos dicen ¡Soria, ni te la imaginas!

Recientemente hemos hecho una ruta de un día muy completa, en la que hemos conocido la bonita y azul Fuentona de Muriel, el Sabinar y el pueblo de Calatañazor. Un itinerario que combina a la perfección naturaleza y cultura.

La Fuentona de Muriel

Salimos del pueblo segoviano de Riaza hacia Muriel, que es el lugar más próximo a La Fuentona. La verdad que no tiene pérdida, no nos hizo falta ni usar GPS, está perfectamente señalizado y llegamos como en una hora sin hacer paradas.

La Fuentona de Muriel

Una vez en el camino que va a La Fuentona vimos varios parkings señalizados. El primero ponía que era para caravanas por lo que seguimos hacia el siguiente, que es además el más próximo al inicio del sendero y tiene un coste de 4€ por vehículo. Mucha gente dejaba el coche e iba caminando así se ahorraban pagar, pero si preferís ir hasta el final en coche, ponía que el dinero recaudado era destinado a conservar el área de La Fuentona, por lo que tampoco está tan mal.

Si pagáis el parking también podréis entrar a visitar la Casa del Parque del Sabinar, un centro de interpretación en el que cuentan un poco más sobre el origen de la Fuentona y sobre la Sabina. A lo largo de la exposición podréis leer varios carteles informativos, ver vídeos e imágenes, pero lamentablemente todo lo que es táctil estaba apagado por el tema del Covid.

El sendero a la Fuentona es corto, se recorren solamente unos 700 metros aproximadamente desde el parking y además es muy sencillo de hacer. A mitad de trayecto veréis que se divide en dos senderos, uno el que va hacia La Fuentona y el otro el que va a hacia una cascada.

La Fuentona de Muriel

Nosotros elegimos ir primero a La Fuentona porque imaginamos que al ser pronto habría menos gente y acertamos.

La Fuentona nos sorprendió con su color azul intenso. Nos quedamos impactados al ver una laguna con un color tan bonito. La bordeamos y nos hicimos alguna foto en la orilla y desde el camino que desemboca como en lo que parece la entrada a una pequeña playa. Simplemente comentaros que no se permite el baño, aunque apetezca mucho.

Tras la visita a La Fuentona nos fuimos para la cascada, el sendero también es muy bonito y con mucha sombra. La pena fue que al llegar nos la encontramos seca, por lo que tendremos que volver cuando haya llovido más y no a finales del mes de agosto.

Tras ver la no cascada dimos por concluida la visita y nos fuimos a nuestra siguiente parada, el Sabinar de Calatañazor.

El Sabinar de Calatañazor

En dirección hacia el pueblo de Calatañazor a 2,7 km de La Fuentona, nos encontramos con la Reserva Natural del Sabinar.

Como curiosidades sobre estos árboles os contaremos que su resina era usada como incienso por el buen olor que tiene, así como que la madera es muy buena por sus propiedades insecticidas. También os diremos que no es una madera que se use en el interior de las casas porque el humo que desprender al ser quemado produce dolores de cabeza.

El Sabinar de Calatañazor

Después de estas curiosidades sobre este árbol, os diremos que la reserva es bonita, está plagada de ejemplares de esta especie que cuentan con 2000 años de antigüedad. No vimos un recorrido o sendero marcado, simplemente anduvimos entre los árboles y os recomendamos encarecidamente que miréis al suelo porque estaba repleto de excrementos de vacas y no es precisamente ese el recuerdo que queremos que os llevéis del Sabinar de Calatañazor.

Calatañazor

A cinco minutos en coche del Sabinar nos encontramos con Calatañazor, el pueblo en el que Almanzor perdió su tambor. Dejando de lado la discusión sobre si aquí se libró o no una batalla, nosotros os podemos asegurar que Calatañazor os enamorará por sus pintorescas calles, sus curiosas chimeneas pinariegas y su buena comida.

Calatañazor
¿Dónde aparacar?

Nada más entrar en el pueblo, viniendo desde el Sabinar, vimos varios parkings para estacionar nuestro vehículo. No sabíamos si se podría entrar en el pueblo con el coche y además si todos aparcamos en el interior nos podemos olvidar de llevarnos fotos bonitas.

¿Qué ver?

Cuando dejamos el coche empezamos a subir por la calle que nos lleva a la entrada al pueblo. No teníamos nada planeado, a excepción de la reserva en el restaurante para comer.

El pueblo es realmente bonito y pasear por sus calles es ya todo un entretenimiento. Nuestras miradas se perdían entre tantas casas con encanto, por las chimeneas tan curiosas que tienen y por las tiendas de artesanía o alimentación que fuimos encontrando a nuestro paso.

Si os gusta la miel, en este pueblo venden una de excelente calidad y precio. La encontramos de espliego, tomillo y biercol.

Subimos al castillo desde cuya torre tuvimos muy buenas vistas del pueblo y de los alrededores. La verdad que el día no acompañaba, se levantaron nubes de tormenta y un viento muy desagradable, por lo que recorrimos rápidamente el recinto y regresamos a las calles del pueblo.

Castillo de Calatañazor

Pasamos por delante del Rollo Jurisdiccional y por la calle Mayor fuimos hasta la puerta de la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo. Aquella tarde estaba cerrada, y lo cierto es que desconocemos si puede visitarse su interior.

Dedicamos un rato a hacer fotos y recorrer alguna de sus calles antes de volver al coche y seguir hasta la que sería nuestra última visita del día.

Calatañazor
¿Dónde comer?

Miramos en Tripadvisor y vimos que uno de los mejores restaurantes del pueblo era El Sabinar, por lo que reservamos un par de días antes. Nos dijeron que por tema de Covid no pueden tener a gente esperando y que han establecido dos turnos de reserva, a las 13.30 o a las 15 horas.

Para comer nos recomendaron pulpo braseado y salteado de boletus, ambas opciones estaban muy buenas. También pedimos unos torreznos de aperitivo, migas con picadillo y paletilla deshuesada, todo lo que pedimos estaba realmente bueno. Lo único que nos gustó un poco menos fue el pollo, que lo encontramos un poco seco, aunque de sabor estaba muy bien. Para terminar rematamos con una torrija de postre, bastante buena también.

Las raciones son generosas y aunque veáis todos estos platos, tened en cuenta que eramos 4 comensales, no penséis que podemos comernos todo eso entre los 2 solos.

De precio salimos por 114€ los cuatro, habiendo pedido postres, cafés y con la bebida. Tienen disponible un menú para dos personas que os incluye bebida y postres, pero tenéis que pedir todos menú. Si uno no quiere, ya no lo sirven.

Os hemos dejado arriba enlace a la web del restaurante por si os apetece probarlo.

Hasta aquí llega nuestro post de Calatañazor y sus alrededores. Os tenemos que confesar que aquél día también aprovechamos para parar en el Burgo de Osma, pero esa visita os la vamos a contar mejor en otro post.

Sendero de La Fuentona

¡Hasta pronto viajeros!

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